Después de esta experiencia con Luz María , debíamos atravesar la avenida suba,saturar nuestros oídos con pitos de carros e inhalar gases de efecto invernadero.
Llegamos a un lugar tranquilo, que solo ofrecía paz y armonía; otro sector del humedal Córdoba. Ofreciendo diversidad de plantas, animales, y personas aprovechando sus espacios verdes con actividades deportivas, de relajación y de arte.
En este sector del humedal se tomaron registro fotográfico de cada uno de los especímenes que se podían apreciar, hasta se pudo identificar un pescado que yacía en el suelo, talvez se le cayó a algún ave que fue de pesca al lago artificial del club de golf vecino al humedal. Y es aquí donde empieza el contraste entre un lago artificial creado por estética y entretenimiento para unos cuantos (ser humano) y un medio natural pidiendo espacios para seguir manteniendo su especie.
Al seguir caminando llegamos a los senderos de agua para poder apreciar de cerca las tinguas, aves características de los humedales en Bogotá. Y es aquí donde podemos apreciar su interacción con el entorno. Requieren agua para formar sus nidos y que sus crías crezcan y busquen el alimento dentro del humedal. Verlas nadar tranquilas, talvez ignorando nuestra presencia, gozando de un tiempo y espacio perfectos para ese momento.
Durante el censo de aves migratorias Thomas Mcnish, organizado por la Asociación Bogotana de Ornitología, se avistaron 55 especies de aves, 19 de ellas migratorias, resaltando la importancia del humedal como sitio de paso y mantenimiento para las aves.
Algunas de las especies encontradas son el Tirano norteño, el Mosquerito, Águila
pescadora, el Chorlito, el Pidí, el Cucarachero, la Reinita, el Tucán Pechirrojo y no podía falta el emblema del humedal, el Chamicero Cundiboyacense.
Al socializar los resultados del censo, los miembros de la Asociación Bogotana de Ornitología decían extrañar la presencia de especies de aves como los Búhos y Lechuzas, ya que tal vez debido al crecimiento de la ciudad este tipo de animales prefieren lugares más retirados del humano y con menos contaminación auditiva y ambiental.
Textos: estudiantes curso MPPID Diana Morales, Angie Montañez, Fabián Hernández, Iván Rodríguez, Hanner Ramírez, Luz Mila Cañón.
Compartimos también este texto de Eduardo Gudynas: Sentir la Naturaleza
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